
La Biología Molecular es una rama de la biología que estudia los procesos biológicos a nivel molecular, centrándose en la estructura y función de las moléculas biológicas, como el ADN, ARN y proteínas. En el contexto del cáncer, la Biología Molecular se utiliza para estudiar los mecanismos subyacentes de la enfermedad a nivel molecular, entender las alteraciones genéticas y moleculares que conducen al desarrollo del cáncer, y proporcionar información crucial para el diagnóstico y tratamiento.
La Biología Molecular tiene varias aplicaciones importantes en la lucha contra el cáncer:
Diagnóstico: Permite la identificación de alteraciones genéticas y moleculares específicas asociadas con el cáncer. Estas alteraciones pueden servir como biomarcadores que ayudan en el diagnóstico preciso y la clasificación de diferentes tipos de cáncer.
Pronóstico: La Biología Molecular ayuda a prever la evolución probable de la enfermedad al evaluar la agresividad de las células cancerosas y otras características moleculares. Esto contribuye a establecer el pronóstico del paciente.
Selección de tratamiento: La información obtenida a través de la Biología Molecular puede guiar la elección de tratamientos específicos, como terapias dirigidas o inmunoterapia, que se adaptan a las características moleculares del cáncer de un individuo.
Monitoreo de la respuesta al tratamiento: La Biología Molecular puede utilizarse para evaluar cómo responden las células cancerosas a los tratamientos, lo que permite ajustar las estrategias terapéuticas según la evolución de la enfermedad.
Investigación: Contribuye al avance del conocimiento sobre la biología del cáncer, identificando nuevas dianas terapéuticas y desarrollando enfoques más precisos y personalizados para el tratamiento del cáncer.
Con el avance de la ciencia se ha llegado a demostrar que las células cancerosas contienen alteraciones moleculares en sus genes y que su detección nos puede servir para elegir algunas formas específicas de tratamiento, dirigidas hacia esos marcadores moleculares.
Servirían de una manera parecida al empleo de un antibiograma para seleccionar un antibiótico en el tratamiento de infecciones bacterianas. También se pueden usar como predictores de pronóstico y finalmente confirmación de la extirpe o lugar de origen del cáncer, lo cual significaría la necesidad de un tratamiento especial y diferente al que se usaría si no se conociera estos resultados.
Están muy de moda en nuestros tiempos, aunque su implemen¬tación de rutina por ahora resulta muy costosa y aún su utilidad práctica no termina de ser plenamente convincente a pesar de las ventajas encontradas.
Esta tecnología está en pleno desarrollo y hasta este momento re¬sulta una alternativa con potencial para justificar su implementación.
En breve, nuestra institución contará con un moderno servicio de biología Molecular dirigido a pruebas para diagnósticos y tratamiento, Consejería Genética. Esto nos permitirá elevar los estándares de manejo de la patología oncológica y permitirá que se profundice la evaluación genética y familiar de los pacientes con cáncer, con el fin de establecer con más precisión los posibles riesgos para desarrollar cáncer en los miembros de la familia del paciente oncológico. Aspiramos al desarrollo de un moderno servicio que esté al nivel de los mejores centros de cáncer del mundo.